Buenos Aires, 27 nov (Prensa Latina) En la emblemática Plaza de Mayo las rosas, las imágenes a los pies del mástil con bandera a media asta, los grafitis sobre el suelo, son apenas hoy un trozo de la postal del día después sin Maradona.
Las últimas 48 horas vividas en Buenos Aires quedarán para la historia de una despedida de casi nueve horas cortada intempestivamente por la protesta de muchos que no pudieron entrar a decirle adiós al crack de crack por un acto tan multitudinario que por momentos se volvió caótico y fuera de control.
«Si no hubiéramos organizado esto, todo hubiera sido peor, porque era imparable», afirmó el jefe de Estado Alberto Fernández al describir lo sucedido la víspera en la masiva despedida.
Esas instantáneas de unos seguidores escalando y traspasando las rejas de la Casa Rosada para intentar acercarse a su ataúd antes del entierro quedarán como huellas profundas de un adiós sin igual a un grande que hoy con la fuerza de sus poderosas piernas debe andar por alguna nube, en el Olimpo, dándole la mano a dios.
En estas 48 horas de Maradona se han escrito las más maravillosas crónicas que merece un hombre fuera de serie como él, en todos los idiomas, en todos los rincones.
Pero aún queda mucho por decir y sobre todo por hacer, por lograr ese fútbol libre de ataduras del negocio por el que tanto luchó, por construir esa Argentina y esa América justa e igualitaria que soñó y defendió hasta los últimos momentos de su vida.
Porque Diego fue fútbol pero también en sus acciones y pensamientos fue político, fue pueblo, un defensor sin cortapisas de sus principios sin importarle las críticas que también cargó sobre sus espaldas para bien y para mal.
Entre tanta multitud conmovían en la despedida ayer los rostros de cientos de niños que hoy sueñan ser Maradona y quizás, cuando logren llegar a esa cancha verde como lo hizo el pequeño Diego desde su Villa Fiorito, se encomienden y recen a «San Maradona» para que lo proteja e ilumine en cada jugada.
Las televisoras, los medios, la radio, siguen de manera initerrumpida transmitiendo detalles, frases, entrevistas de Diego, intercaladas con la apasionada despedida que le dio su pueblo. El canal C5N acompaña su homenaje con una canción que conmueve aún más, El Necio, del trovador cubano Silvio Rodríguez.
Hoy termina en Argentina el tercer y último día de duelo decretado de manera oficial pero los homenajes continúan y mientras en el Obelisco, en el Congreso y en los principales monumentos del país se iluminan con un «Gracias Diego», en toda Argentina, como en Nápoles (Italia), en Cuba o la distante China el mundo maradoniano le rinde eternas reverencias.